REFLEXIONES SOBRE EL NOBEL
George Bernard Shaw escribió: “Puedo perdonar a Alfred Nobel por haber inventado la dinamita, pero sólo un espíritu malévolo con forma humana puede haber inventado el Premio Nobel”.
A él se lo dieron en 1925, con 69 años, y no sé de cuándo es la cita, aunque me inclino a pensar que es de después de haberlo recibido.
Pero ¿qué significa el premio Nobel, para que su creador sea calificado por Shaw de “espíritu malévolo”?
El Premio Nobel es considerado, por casi todo el mundo, como el premio de los premios, lo máximo a lo que se puede aspirar. Y eso, imagino, hace temblar a cualquier escritor que caiga en ese lugar.
Pero no sólo a él, también a los que participan de su escritura, como los lectores.
Es ahora cuando el asunto deja de ser anecdótico para convertirse en pura actualidad. Miguel Oscar Menassa ha sido propuesto para el nobel de literatura.
Conozco, leo y quisiera pensar que estudio su obra desde hace 20 años, pero hoy... hoy es diferente.
Algo ha cambiado en mi mirada. Abro varios libros y las frases, elegidas al azar, me remiten a la presente coyuntura. Hablan de un escritor que sabía a lo que se exponía:
En 1984, en El amor existe y la libertad, escribe: "No puedo volver, estoy encaramado más alto que la vida, más arriba que yo".
Y en Amores perdidos (1995), confirma: "Nadie vuelve de su propia vuelta, nadie retorna de su propio retorno, nadie muere, exactamente, en vano"
Menassa es un poeta y, como tal, sabe que el poder de la poesía no depende de los modelos ideológicos, y que siempre es desestabilizadora para la cultura oficial:
"La cultura debe ser destruida en su totalidad. Hundir entre sus carnes amadas, un poema" La poesía y yo (2000).
Pero, de todas ellas, la más impactante, por verdadera, sería:
"Tener el tono de estar en mi lugar hará una gran obra" Poeta condenado. (1999)
Y una gran obra se sostiene por sí misma, haya o no Premio Nobel.
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